Buenos días.
El Santoral nos recuerda la figura de San Carlos de Foucauld, que nace en Estrasburgo (Francia) el 15 de septiembre de 1858. Huérfano a los seis años, su hermana y él son criados por su abuelo. Estudió con los jesuitas en Nancy y Paris (1872-1875). Entro en la academia militar en 1876. En 1880 fue enviado como oficial a Setif, Argelia. En 1881 fue despedido por mala conducta.
En 1886 tuvo una profunda experiencia de conversión. La vida entre los seguidores del Islam le hizo pensar: Esta gente se toma muy en serio su religión, él, por el contrario, había vivido derrochando dinero y aventurando. Comenzó a rezar: "Señor, si existes, que yo te conozca". Un amigo lo dirigió al Padre Huvelin. Cuando Carlos explicó que no era creyente, el sacerdote simplemente le ordenó a confesarse. Carlos obedeció y salió del confesionario un hombre nuevo. "Tan pronto como creí que había un Dios, comprendí que no podía hacer otra cosa sino vivir para El; mi vocación religiosa es del mismo momento que mi fe: Dios es tan grande".
Desde entonces optó por una vida muy sencilla, durmiendo en el suelo y orando diariamente por horas. Fue de peregrino a Tierra Santa, Nov. 1888-Feb 1889. El resto del 1889 lo pasó en retiros espirituales.
Después de ser monje trapense durante seis años, sus pensamientos estaban con los pueblos del África que no conocían a Cristo. Se fue a pie de peregrino a Tierra Santa y después volvió a Francia para estudiar para el sacerdocio. Fue ordenado en Viviers el 9 de junio de 1901. A fines de ese año se fue a vivir a la región de Oran Sur, cerca de Marruecos, para establecer una orden para evangelizar a Marruecos.
En 1902 comenzó a comprar esclavos para liberarlos. En 1904 se dedicó a la evangelización de los Tauregs, tribu nómada. Tradujo los Evangelios al taureg y en noviembre, 1908 tradujo poesía taureg al francés. Escribió varios libros sobre los tauregs, en particular una gramática y un diccionario francés-tuareg, tuareg-francés. Se estableció en el corazón del desierto del Sahara, en Tamanrasset (Hoggar, Argelia).
El 1 de diciembre de 1916, a la edad de 58 años, Carlos de Foucauld muere por un disparo de fusil en medio de una revuelta anti-francesa de los bereberes de Hoggar. Muere víctima de los que decían que su bondad producía sentimientos amistosos hacia los franceses.Escribió: "Cuando se sale diciendo que se va a hacer algo, no se debe regresar sin haberlo hecho”.
Aunque su vida es toda una lección de vida entregada en Jesús, en este pensamiento nos llama a la coherencia de vida: que las palabras responsan a los hechos y los hechos respondan a las palabras. Ojalá fuera así nuestra vida.
En este primer viernes de mes, entreguémonos a Jesús en su Sacratísimo Corazón a imitación de modelo tan ejemplar como lo fue Carlos de Foucauld, al que encomendemos también nuestra propia vida. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
Madrid - España
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Buenos días.
San Ignacio de Antioquía fue Padre de la Iglesia, Obispo y mártir católico. Nació en el año 30 d.C. y murió en el año 107 d.C., devorado por leones en nombre de la fe.
Fue el primero en llamar "católica” a la Iglesia.
Sus escritos demuestran que la doctrina de la Iglesia Católica viene de Jesucristo por medio de los Apóstoles. Esta doctrina incluye: La Eucaristía; La jerarquía y la obediencia a los obispos; La presidencia de la iglesia de Roma; La virginidad de María y el don de la virginidad; El privilegio que es morir mártir de Cristo.
Ignacio de Antioquía fue discípulo directo de San Pablo y San Juan. Es el segundo sucesor de San Pedro en el gobierno de la Iglesia de Antioquía.
Condenado a morir devorado por las fieras, fue trasladado a Roma y allí recibió la corona del martirio el año 107, en tiempos del emperador Trajano.
En su viaje a Roma, escribió siete cartas, dirigidas a varias Iglesias, en las que trata sabia y eruditamente de Cristo, de la constitución de la Iglesia y de la vida cristiana.
San Ignacio de Antioquía dirá que: "Es mejor ser cristiano sin decirlo que proclamarlo sin serlo”, afirmación llena de un gran sentido común, que si era valiosa para los tiempos en los que la escribió, lo es y mucho para los tiempos presentes, porque cuántos dicen que son cristianos y luego sus vidas y sus obras no se corresponden con las exigencias de la propia doctrina de la Iglesia Católica.
Esta actitud es muy grave por el anti testimonio que se da, por el daño que se hace a la comunidad eclesial y por el perjuicio personal que causa.
Parece que muchos católicos olvidaron el acto de contrición, en el que se reconoce por el propio pecador que ‘puede ser castigado con las penas del infierno’, lo cual lleva a la despreocupación de no hacer, cada día como es conveniente, incluso necesario, un verdadero examen de conciencia, en el que además de reconocer las faltas y pecados, se busque el perdón de los pecados veniales por alguna de las formas que la Iglesia enseña, entre otras el rezo del acto de contrición (Señor mío Jesucristo), pudiendo así mantener la vida de la Gracia.
Pidamos al Señor Jesucristo que nos ayude a todos los católicos a vivir en la coherencia con el Bautismo que hemos recibido, la FE que hemos profesado y las Promesas que hicimos. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
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Buenos días.
La Iglesia Católica celebra hoy la fiesta de San Juan Crisóstomo (347-407), patriarca de Constantinopla, padre y doctor de la Iglesia.
El apelativo "Crisóstomo" empezó a usarse alrededor de un siglo después de su muerte, como un reconocimiento a su elocuencia, a la belleza y profundidad de su predicación, y a la potencia retórica de sus escritos.
Juan de Antioquía, como también se le conoce, fue obispo de Constantinopla y es considerado uno de los cuatro grandes Padres de la Iglesia de Oriente. Al mismo tiempo es reconocido como uno de los más grandes oradores de todos los tiempos.
San Juan Crisóstomo nació en Antioquía en el año 347, y se bautizó a los 23 años. Después de haber vivido como monje eremita en su casa y después en el desierto, fue ordenado sacerdote y empezó a hacerse conocido por sus sermones. Posteriormente, Arcadio, emperador romano de Oriente, solicitó a Teófilo, Patriarca de Alejandría, que lo nombrara obispo de Constantinopla.
Como obispo se consagró a enseñar la recta doctrina, con el celo y cuidado debidos, al tiempo que criticó las formas judaizantes del cristianismo y los lujos e indiferencia de los emperadores frente a los pobres. Se deshizo de bienes superfluos de la Iglesia y con las riquezas obtenidas atendió las necesidades de muchos postergados.
Les exigió a sacerdotes y monjes vestir con sencillez, así como comer con moderación; pidió recato a las mujeres y, a todos, piedad dentro de los templos; asimismo, se preocupó por la formación catequética de los fieles.
El Papa Benedicto XVI, en audiencia general del 26 de septiembre de 2007, dijo: "Por su solicitud en favor de los pobres, San Juan fue llamado también 'el limosnero'. Como administrador atento logró crear instituciones caritativas muy apreciadas. Su espíritu emprendedor en los diferentes campos hizo que algunos lo vieran como un peligroso rival. Sin embargo, como verdadero pastor, trataba a todos de manera cordial y paterna. En particular, siempre tenía gestos de ternura con respecto a la mujer y dedicaba una atención especial al matrimonio y a la familia. Invitaba a los fieles a participar en la vida litúrgica, que hizo espléndida y atractiva con creatividad genial".
La firmeza de su actitud y su celo pastoral le causaron roces e incomprensiones. Es verdad que se hizo de enemigos poderosos, pero fundamentalmente del cariño y el respeto del pueblo cristiano. Vivió sus últimos días en el destierro y murió el 14 de septiembre de 407. Quienes lo acompañaron en su agonía testificaron sus últimas palabras: "Sea dada gloria a Dios por todo".
Para concluir y meditar, valga, como muestra, esta frase suya: "No sería necesario recurrir tanto a la palabra, si nuestras obras diesen auténtico testimonio”.
Es cierto que se habla mucho del testimonio, pero da la impresión que únicamente nos fijamos en el testimonio del otro...
Pidamos a San Juan Crisóstomo por la Iglesia Católica en los desafíos que hoy tiene por delante, para que no pierda la senda verdadera que lleva a los hombres al conocimiento de Cristo y a participar de su Redención y Salvación. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
Madrid - España
Buenos días en la Fiesta de San Efrén.
Efrén de Siria, también conocido como Efraín de Nísibe, fue un diácono, escritor, músico y santo sirio del siglo IV. Ya en su tiempo fue conocido como el Místico, con el apelativo de El arpa del Espíritu.
Es reconocido como Padre de la Iglesia y fue proclamado Doctor de la Iglesia por Benedicto XV en 1920.
En Siria, tanto los católicos como los ortodoxos lo llaman "Arpa del Espíritu Santo" y todos han enriquecido sus liturgias respectivas con sus homilías y sus himnos. A pesar de que no era un hombre de mucho estudio formal, estaba empapado en las Sagradas Escrituras y tenía gran conocimiento de los misterios de la fe.
Fue un gran amante de la Virgen María y en sus escritos vemos la profunda veneración que ya se le tenía en el siglo IV. San Efrén compuso, ya en el año 333, una lista en verso de los más bellos títulos que los cristianos otorgaban a la Santísima Virgen.
En su testamento se puede leer, creo que con gran provecho espiritual: "No me embalsaméis con aromáticas especies, porque no son honras para mí. Tampoco uséis incienso ni perfumes; el honor no me corresponde a mí. Quemad el incienso ante el altar santo: A mí, dadme sólo el murmullo de las preces. Dad vuestro incienso a Dios, y a mí cantadme himnos. En vez de perfumes y de especias, dadme un recuerdo en vuestras oraciones... Mi fin ha sido decretado y no puedo quedarme. Dadme provisiones para mi larga jornada: vuestras plegarias, vuestros salmos y sacrificios. Contad hasta completar los treinta días y entonces, hermanos haced recuerdo de mí, ya que, en verdad, no hay más auxilio para el muerto sino el de los sacrificios que le ofrecen los vivos”.
Hoy puedes rezar a San Efrén, gran amante de la Virgen María, para pedirle su intercesión en favor de todas las necesidades de los Hermanos que en Ella nos encontramos aquí. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
Madrid - España
Buenos días.
Comenzamos el mes del Sagrado Corazón de Jesús porque en él se celebra, prácticamente siempre, la Solemnidad del Sacratísimo Corazón de Jesús.
Pero hoy la Iglesia celebra la Fiesta de San Justino mártir y Padre de la Iglesia que nació alrededor del año 100, en la antigua Siquem, en Samaria (ciudad que en su tiempo se llamaba Naplus). Sus padres eran paganos, de origen griego, y le dieron una excelente educación, instruyéndolo lo mejor posible en filosofía, literatura e historia.
Fue denunciado y decapitado en torno al año 165, bajo el reino de Marco Aurelio, el emperador filósofo a quien Justino había dirigido su Apología. Las actas que se conservan acerca del martirio de Justino son uno de los documentos más impresionantes que se conservan de la antigüedad.
Justino es llevado ante el alcalde de Roma, y empieza entre los dos un diálogo emocionante, que me permito transcribir por su interés:
Alcalde. ¿Cuál es su especialidad? ¿En qué se ha especializado?
Justino. Durante mis primeros treinta años me dediqué a estudiar filosofía, historia y literatura. Pero cuando conocí la doctrina de Jesucristo me dediqué por completo a tratar de convencer a otros de que el cristianismo es la mejor religión.
Alcalde. Loco debe de estar para seguir semejante religión, siendo usted tan sabio.
Justino. Ignorante fui cuando no conocía esta santa religión. Pero el cristianismo me ha proporcionado la verdad que no había encontrado en ninguna otra religión.
Alcalde. ¿Y qué es lo que enseña esa religión?
Justino. La religión cristiana enseña que hay uno solo Dios y Padre de todos nosotros, que ha creado los cielos y la tierra y todo lo que existe. Y que su Hijo Jesucristo, Dios como el Padre, se ha hecho hombre por salvarnos a todos. Nuestra religión enseña que Dios está en todas partes observando a los buenos y a los malos y que pagará a cada uno según haya sido su conducta.
Alcalde. ¿Y Usted persiste en declarar públicamente que es cristiano?
Justino. Sí declaro públicamente que soy un seguidor de Jesucristo y quiero serlo hasta la muerte.
El alcalde pregunta luego a los amigos de Justino si ellos también se declaran cristianos y todos proclaman que sí, que prefieren morir antes que dejar de ser amigos de Cristo.
Alcalde. Y si yo lo mando torturar y ordeno que le corten la cabeza, usted que es tan elocuente y tan instruido ¿cree que se irá al cielo?
Justino. No solamente lo creo, sino que estoy totalmente seguro de que si muero por Cristo y cumplo sus mandamientos tendré la Vida Eterna y gozaré para siempre en el cielo.
Alcalde. Por última vez le mando: acérquese y ofrezca incienso a los dioses. Y si no lo hace lo mandaré a torturar atrozmente y haré que le corten la cabeza.
Justino. Ningún cristiano que sea prudente va a cometer el tremendo error de dejar su santa religión por quemar incienso a falsos dioses. Nada más honroso para mí y para mis compañeros, y nada que más deseemos, que ofrecer nuestra vida en sacrificio por proclamar el amor que sentimos por Nuestro Señor Jesucristo.
Los otros cristianos gritaron que ellos estaban totalmente de acuerdo con lo que Justino acababa de decir.
Justino y sus compañeros, cinco hombres y una mujer, fueron azotados cruelmente, y luego les cortaron la cabeza. El antiguo documento termina con estas palabras: "Algunos fieles recogieron en secreto los cadáveres de los siete mártires, y les dieron sepultura, y se alegraron que les hubiera concedido tanto valor Nuestro Señor Jesucristo, a quien sea dada la gloria por los siglos de los siglos. Amen".
Pocos comentarios caben hacer, sino pedir a San Justino que nos ayude y consiga para nosotros la gracia de su valentía para dar testimonio del Señor Jesucristo en este nuestro tiempo.
Reza ya, con fe y esperanza, por todas las necesidades de los Hermanos que aquí nos encontramos en María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
Madrid - España
Buenos días
Es muy importante seguir avanzando en recordar los pecados que se pueden cometer contra la FE, en relación con el Primer Mandamiento de la Ley de Dios.
Hoy vamos a fijarnos en la Herejía, que es la NEGACIÓN PERTINAZ, después de recibido el bautismo, de una VERDAD que ha de creerse con fe divina y católica, o la duda pertinaz sobre la misma. La Iglesia considera de mucha gravedad este pecado contra el Primer Mandamiento.
En definición del diccionario de la RAE, la herejía es un error sostenido con pertinacia.
El problema que existe en los miembros de la Iglesia Católica, es que no siempre hay una mínima formación para conocer las Verdades definidas de nuestra FE, además de que también se puede carecer del interés o del sentido de la responsabilidad por saber cuál es el depósito de la Fe Católica, que se ha profesado en el Bautismo.
Podemos decir que el depósito fundamental de las verdades de fe nos viene directamente desde los Apóstoles, que fueron los testigos directos, sin intermediarios, de todo cuanto hizo y dijo nuestro Señor Jesucristo y que lo proclamamos en la Profesión de Fe.Por tanto, se comete herejía, al negar de forma pertinaz:
Que Dios es Padre Todopoderoso.
Que Dios es Creador de cielo y tierra.
Que Jesucristo es su Único Hijo, hombre verdadero y Dios verdadero, y los demás atributos suyos incluidos en el Credo.
Al Espíritu Santo.
La santa Iglesia Católica.
La comunión de los santos.
El perdón de los pecados.
La resurrección de la carne.
La vida eterna.
Hay otras verdades definidas por la Iglesia como dogmas de fe no incluidas en el Credo, que suelen ser objeto de negación de forma más generalizada, pero que la enumeración aquí sería muy extensa, aunque se pudiera hacer en otro momento.
Santo Tomás de Aquino matiza que "el hereje suele aceptar la Palabra de Dios sólo en aquello que le convence y, por tanto, no como Palabra de Dios sino como razonamiento humano”.
En "Las sentencias de los Santos Padres del desierto”, el apotegma número 21 es muy iluminador para comprender la gravedad del pecado de herejía.
La FE lleva a la persona a tener certezas, para creerlas y vivirlas, sin apartarse de ellas, y poder así hacer el camino de conversión que todos vamos necesitando.
Por favor, con la certeza de que tu oración es muy valiosa ante Dios, reza ya, aun cuando sea brevemente, por todas las necesidades de los Hermanos, que volvemos a encontrarnos aquí en torno a María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Apotegma 21 de "Las sentencias de los Santos Padres del desierto"
"Entre los grandes Padres, existió un anciano llamado Agatón, muy famoso por su humildad y paciencia.
En cierta ocasión acudieron a verle unos hermanos, que habiendo oído de su humildad y queriendo poner a prueba su paciencia y su humildad, le dijeron:
Muchos se escandalizan de ti, Padre, porque estás lleno del vicio de la soberbia, y por eso desprecias a los demás y los tienes en nada, y no dejas de hablar mal de los hermanos. Dicen también muchos que haces eso porque tienes el vicio de la fornicación, y para que no parezca que eres el único que te equivocas, por eso no dejas de calumniar.
A lo cual respondió el anciano:
Todos esos vicios que habéis dicho, reconozco que los tengo en mí y no puedo negar tantas iniquidades mías Y echándose por tierra, veneraba a los hermanos y les decía: Os ruego, hermanos, que roguéis intensamente por este miserable y no dejéis de pedir por mis muchos pecados contra Cristo el Señor para que me conceda el perdón a mis muchas y graves iniquidades.
A todas estas cosas, los citados hermanos añadieron:
Y no se te oculte que muchos afirman que eres hereje.
Al oír esto el anciano les dijo:
Aunque -haya caído en otros muchos pecados, sin embargo en modo alguno soy hereje. Fuera de mi alma eso. Entonces todos los hermanos que habían venido a verle, se echaron a sus pies y le decían:
Te rogamos, Padre, que nos digas por qué cuando te acusábamos de tantos vicios y pecados, no te has conmovido por ninguno, y en cambio reaccionaste ante la palabra hereje y la aborreciste hasta el punto de no poder oírla.
El anciano les dijo: Aquellos pecados y culpas sufrí con la humildad, para que me tuvieseis por pecador, porque sabemos que si guardamos la virtud de la humildad hay gran provecho para el alma, pues Nuestro Señor Jesucristo, cuando los judíos le acusaban de muchas contumelias y vicios, todos los llevó con paciencia, para darnos ejemplo de humildad. Trajeron testigos falsos que dijeron contra Él muchas cosas falsas y todo lo llevó con paciencia hasta la muerte de cruz. Por eso el Apóstol Pedro predicaba: ‘También Cristo sufrió por vosotros, dejándoos ejemplo para que sigáis sus huellas’ (1 Ped 2,21). Conviene, pues, con paciencia y humildad sufrir todas las adversidades. Pero cuando me acusasteis de hereje, no lo pude sufrir y lo detesté mucho porque la herejía es separación de Dios. El hereje se aparta de Dios vivo y verdadero y se une al diablo. Porque separado de Cristo ya no tiene a Dios para que ore por sus pecados, y perece totalmente. Pero si se convierte a la verdadera fe católica, la fe de la Santa Iglesia, es acogido por el bueno y piadoso Salvador nuestro Cristo y vuelve a reconciliarse con el Dios verdadero, Creador y Salvador nuestro Jesucristo que está en el Padre como Hijo siempre en el Espíritu Santo. A Él la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
Madrid - España
Buenos días en la Fiesta de San Ambrosio, Arzobispo de Milán.
Es uno de los grandes Padres de la Iglesia del siglo IV; vivió y comunicó un gran amor por la Sagrada Escritura, que ha transmitido al paso de los siglos en importantes homilías, sermones y libros.
Fue como el eslabón definitivo para la CONVERSIÓN de San Agustín, que oyéndole dio el paso decisivo para seguir al Señor Jesucristo, y que bien sabemos cómo lo hizo y cómo se comprometió con la FE.
Conocemos de San Ambrosio una oración sencilla, confiada, y con un gran contenido espiritual que dice: "Señor, toma este corazón de piedra, y dame UN CORAZÓN DE HOMBRE: un corazón que TE AME, un corazón QUE SE ALEGRE EN TI, que TE IMITE y que TE COMPLAZCA”.
Dios creó al hombre a su imagen y semejanza, por tanto, ¿qué cosa puede haber más del agrado de Dios que ‘un corazón de hombre’ tal como Él lo creó?
Pero un corazón que no se pierda en los laberintos de este mundo tan artificial, como lo convierte el desorden y el pecado de los hombres, que lo llenan de ‘falsedades’ hasta desnaturalizarlo.
El corazón, cuando VIVE en su Dios y Señor, necesariamente es alegre, porque tiene por cierto que camina al ENCUENTRO, que esperamos particularmente en el Tiempo de Adviento.
Y así se esfuerza en imitar a su Señor Jesucristo, al que Ama y Espera, sin abandonar todos los trabajos que en razón de su estado ha de realizar con dedicación, siempre con la ‘tensión’ de contribuir a la construcción de los cielos nuevos y la tierra nueva, que San Pedro en la segunda carta nos indica: "Nosotros, según su promesa, ESPERAMOS unos CIELOS NUEVOS Y UNA TIERRA NUEVA en los que habite la justicia. Por eso, queridos míos, MIENTRAS ESPERÁIS estos acontecimientos, procurad que Dios os encuentre en paz con Él, intachables e irreprochables” (2 Ped 3,13-14).
Qué importante es comprender el bien transcendental que tenemos entre manos si optamos por una vida honrada, honesta, justa y sólo dedicada a hacer todas las cosas conforme el ORDEN que Dios estableció en la Creación del mundo.
Ya en la Víspera de la Solemnidad de la Concepción Inmaculada de la Virgen María, recemos hoy a Ella para que venga en ayuda de todos los Hermanos e interceda por sus intenciones y necesidades, sean del tipo que sean. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
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Buenos días
Celebramos hoy la Fiesta del Papa San Gregorio Magno, Padre y Doctor de la Iglesia.
Su sabiduría fue grande y su actividad, tanto en el orden civil como eclesiástico fue muy notable.
Sus enseñanzas son muy sólidas e importantes, define la PACIENCIA, virtud tan necesaria en la convivencia consigo mismo y con los demás, de esta manera: "La paciencia consiste en tolerar todos los males ajenos con ánimo tranquilo, y en no tener ningún resentimiento con el que nos los causa”.
En esta afirmación de lo que es practicar la PACIENCIA vemos dos claves, una ‘TOLERAR con ánimo tranquilo’, la otra, evitar todo ‘RESENTIMIENTO’.
Dos puntos a tener muy en cuenta, dada la inclinación humana a quedar siempre por encima del otro y a no permitir ser molestado ni que le contradigan, lo que crea ese resentimiento o rencor que San Gregorio dice que se ha de evitar.
Mirar a los Santos, escrutar cómo fueron sus vidas, cómo superaron todas las contrariedades que les tocó vivir según los momentos históricos, es algo muy valioso para poder orientar bien la propia vida que cada uno debe llevar en el momento actual, pues en el Libro del Eclesiastés, capítulo 1, versículo 9, podemos leer: "Lo que pasó volverá a pasar; lo que ocurrió volverá a ocurrir: NADA HAY NUEVO BAJO EL SOL”.
Ya os pido esa oración diaria a María, nuestra Madre y nuestra Guía, por las intenciones y necesidades de los Hermanos, en las que podéis incluir también las vuestras. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
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Buenos días.
Buenos días en la Fiesta de San Ignacio de Antioquia.
Se le llama 'Padre Apostólico', porque fue discípulo de los Apóstoles San Pablo y San Juan. Además de recibir la consagración como Obispo de Antioquia, de las manos los Apóstoles Pedro y Pablo.
Fue el primero en llamar a la Iglesia, 'Católica', muriendo mártir alrededor de año 107.
De sus abundantes escritos he seleccionado esta enseñanza suya: "Se educa mucho con aquello que se dice, pero más con aquello que se hace, y mucho más con aquello que se es".
Tres escenarios en la vida cotidiana de las personas:
Lo que se dice
Lo que se hace
Lo que se es.
Es importante y necesaria la comunicación hablada, sobre todo cuando es constructiva y fomenta los valores cristianos.
Y también lo que se hace, inspirado por lo que son las enseñanzas del Evangelio.
Pero, indudablemente, lo que tiene una trascendencia grande es lo que la persona ES, porque se manifestará en todo lo que diga y en todo lo que haga su auténtica realidad.
San Ignacio de Antioquia está mostrando que lo mejor es SER, según las enseñanzas que nos dejó el Señor Jesucristo, y como mejor se enseña y se contribuye a la extensión del Reino de Dios.
Pensemos cómo son nuestras palabras a la hora de intercomunicarnos con los otros, pues no debe bastar que sean palabras bonitas, educadas, pero sin la coherencia y profundidad que se espera de un discípulo de Cristo.
Pensemos cómo son nuestras acciones, para que sean conforme al Evangelio.
Pero parece que lo más importante es preguntarnos cómo somos, pues en el SER encontraremos encarnada la VERDAD de la propia vida.
Con la palabra se pueden dar argumentos según convenga; con las acciones, los actos, podremos dar ejemplo más o menos bueno, pero lo que ES UNA PERSONA, que se podrá disimular más o menos su realidad, sin tardar mucho las demás personas se darán verdadera cuenta de lo que hay en ella, porque no se puede disimular un día tras otro por mucho tiempo.
Y aquí está la CLAVE: SER SANTO.
Reza ya con Fe y Esperanza por todas las necesidades de los Hermanos, a María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
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Buenos días:
Hoy, Hermanos, volvemos a fijarnos en la Fiesta que celebra la Iglesia: SAN IGNACIO DE ANTIOQUIA, que fue discípulo directo de San Pablo y de San Juan.
Su vida, su compromiso por el Evangelio y su MARTIRIO, son de una relevancia muy notable. Obispo de Antioquia, considerado como PADRE APOSTÓLICO, fue el primero en llamar a la Iglesia "católica". Condenado a morir devorado por las fieras, fue trasladado a Roma y allí recibió la corona de su MARTIRIO el año 107, en tiempos del emperador Trajano.
En su viaje a Roma, escribió siete cartas, dirigidas a varias Iglesias, que son un verdadero tesoro espiritual en las que trata diferentes temas de la vida cristiana y que os recomiendo leerlas. Ya en el siglo IV, se celebraba en Antioquía su memoria el mismo día de hoy, 17 de octubre.
En su viaje a Roma, fuertemente custodiado, escribe a la Iglesia de Roma: "Yo voy escribiendo a todas las Iglesias, y a todas les encarezco lo mismo: que moriré de buena gana por Dios, con tal que vosotros no me lo impidáis. OS LO PIDO POR FAVOR: no me demostréis una benevolencia inoportuna. DEJAD QUE SEA PASTO DE LAS FIERAS, ya que ello me hará posible alcanzar a Dios. SOY TRIGO DE DIOS, y he de ser MOLIDO por los dientes de las fieras, para llegar a ser PAN LIMPIO DE CRISTO. Rogad por mí a Cristo, para que, POR MEDIO DE ESOS INSTRUMENTOS, llegue a ser una víctima para Dios".
Creo que ya no hacen falta más comentarios, ni más consideraciones. Entremos en comunión con SAN IGNACIO DE ANTIOQUIA y pidamosle la VALENTIA y la FIRMEZA necesarias para poder ser TESTIGOS DE CRISTO como hoy se nos pide y es necesario.
Y, sin tardar, sin dejarlo para luego, pidamos su intercesión para la feliz solucion de todas las necesidades de los Hermanos de la Casa de la Madre y Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
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Buenos días.
Hoy la Iglesia, siguiendo a San Jerónimo, cuya fiesta celebra, nos invita a la MEDITACIÓN de la Palabra de Dios.
Ojalá lleguemos a AMAR la Sagrada Escritura como lo hizo San Jerónimo.
Feliz día bajo su patrocinio.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
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